Dr. Héctor Palmer |
Una reciente investigación dirigida por el Dr. Héctor G. Palmer del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) ha permitido identificar los biomarcadores que predicen cual será la respuesta al tratamiento del cáncer de colon permite avanzar en soluciones terapéuticas para aquellos pacientes que no responderían positivamente a la terapia. Estos avances harán posible que los médicos tratantes escogan los tratamientos más adecuados, aumentando la efectividad de los mismos y evitando el riesgo que supone para los pacientes la administración de fármacos no efectivos.
En fases avanzadas, los tumores de colon son resistentes a un amplio abanico de fármacos antitumorales y, además, las células cancerosas son capaces de diseminarse por el organismo dando lugar a metástasis. En la actualidad no existen tratamientos efectivos para frenar la progresión del cáncer de colon en estos estadios tardíos.
En los últimos años los investigadores han diseñado nuevos fármacos que bloquean de forma dirigida la actividad de ciertas moléculas responsables de promover el crecimiento y la diseminación de las células tumorales. Algunos de estos fármacos, actualmente en proceso de ensayo clínico, están dando muy buenos resultados en algunos pacientes, mientras que otros no muestran ninguna mejora en su evolución.
La investigación liderada desde el VHIO explica por qué se produce este fenómeno de respuesta diferencial al tratamiento.
El estudio ha descrito por primera vez los mecanismos moleculares por los que la interacción entre las rutas oncogénicas de Wnt/ ß-catenina y RAS/PI3K/AKT determinan la respuesta a los tratamientos con fármacos inhibidores de PI3K o AKT. Aunque ambas rutas están alteradas genéticamente en el cáncer de colon, la acumulación excesiva de ß-catenina en el núcleo de las células tumorales es lo que les confiere resistencia y evita su muerte por parte de los fármacos antitumorales.
La activación de la ruta PI3K/AKT favorece el secuestro de la proteína FOXO3a fuera del núcleo celular, inhibiendo su capacidad de actuar como un factor supresor de tumores induciendo muerte celular. Por lo tanto, «Mantener unos niveles altos de FOXO3a en el interior del núcleo celular es parte de la estrategia de los inhibidores terapéuticos de PI3K y AKT que recientemente se han incorporado a tratamientos experimentales y que parecen muy prometedores en determinados tumores porque consiguen que la célula en lugar de proliferar, se suicide», explica Héctor G. Palmer, jefe del Grupo de células madre y cáncer del VHIO.
Sin embargo, en algunos casos de cáncer de colon no se observan estos beneficios y los pacientes no mejoran. La razón la explica el Dr. Palmer: «Si los pacientes tratados con estos inhibidores tienen niveles muy altos de ß-catenina nuclear, ésta no permite actuar a la proteína FOXO3a e inducir la muerte celular, con lo que el resultado del tratamiento es el contrario al esperado y las células tratadas se escapan y producen metástasis». Según Héctor Palmer, este hallazgo tiene un gran valor clínico, pues «la identificación de la ß-catenina nuclear como biomarcador de respuesta permite seleccionar previamente a los pacientes a los que el tratamiento con inhibidores de PI3K y AKT les beneficiaría y descartar los candidatos que presentarían una respuesta adversa al tratamiento».
Además, el Dr. Héctor Palmer y sus colaboradores han descubierto la solución para los pacientes a los que el tratamiento con inhibidores de PI3K y AKT estaría contraindicado. Para ello han utilizado un fármaco de última generación que reduce los niveles de ß-catenina nuclear, permitiendo que la muerte celular inducida por la FOXO3a sea efectiva al tratar con los inhibidores de PI3K y AKT. En estos casos, los investigadores proponen una futura terapia que combine ambos tipos de inhibidores para que los pacientes con altos niveles de ß-catenina mejoren con el tratamiento.
Para mayor información puede revisar el anuncio oficial del VHIO .